
Cuando te fuerzas a estar bien con todo el mundo acabas por no estar bien contigo.
A todos nos mola caer bien, gustar a los demás y que quieran estar con un@. Es agradable, refuerza nuestro ego y encima nos aporta compañía. Genera un sentido de pertenencia que nos hace sentir seguridad.
Peeeero NO es posible gustar a todo el mundo. Si gustas a todo el mundo, algo no funciona bien, y lo más probable es que seas tú.
Buscar quedar bien con todo el mundo habla de tu miedo al rechazo o a no gustar, de necesitar aprecio, validación externa y de baja autoestima.
Puede que, de paso, te estés desatendiendo y no le des importancia a lo que necesitas o lo que te viene bien.
Ser siempre complaciente acaba por ponerte de mal humor, te dificulta funcionar de manera sana y, en realidad, te desprotege. DESGASTA, porque fuerzas la máquina y la adaptas al ritmo de los demás, no al tuyo. Además, ESCLAVIZAS tu forma de estar en el mundo y te impide ser auténtic@.
Se puede resolver indagando qué te aporta funcionar así, trabajando el manejo de la frustración, la aceptación y el amor propio o explorando tus creencias y valores.
Gusta gustar, pero es un sobreesfuerzo para ti y un pseudo engaño para tu entorno.
Si es que yo tampoco entiendo cómo pueden no gustar a todo el mundo Magritte, las torrijas, o los cómics de Astérix, pero lo acepto sin más.
Eres importante y valios@ ya gustes a muchos o a pocos. Buscar aprobación es de primero de vida, pero tú ya estás con el posgrado….
Sé libre, my friend… y water, claro, water también.
Mi nombre es Amelia y soy psicóloga en Cádiz, colegiada Nº 12518.