Si te bloqueas a la hora de dar una opinión, decir una tontería o algo importante, o al expresar cómo te hace sentir algo y acabas dejándotelo dentro… no lo normalices excusándote con un “yo soy así”, porque la realidad es “yo funciono así”. Puedes cambiarlo.
Comunicarse es lo natural, por eso somos seres sociales.
Será que has aprendido que lo que piensas, sientes o necesitas no tiene importancia y no merece la pena compartirlo; QUE NO ERES IMPORTANTE.
Puede que seas evitativo, inseguro, no sepas ser ASERTIVO, te importe demasiado lo que piensen los demás o tengas miedo al rechazo.
La consecuencia de no hablar es que luego condiciona para otras cosas: poner límites, validarte, priorizarte, amar, ser amado, cuidarte, comunicarte, prfff para demasiados asuntos importantes, la verdad.
¡No te condiciones tú mismo!
Además, si no hablas de lo que piensas, necesitas o sientes (DE LO QUE ERES) y te conformas con ser un observador de la vida, no vas a dejar que las demás personas te conozcan bien y te va a costar construir vínculos sanos y funcionales.
Las personas de tu entorno no tienen una bola de cristal para saber qué piensas, sientes o necesitas. Si no lo cuentas, no esperes que los demás actúen.
Exprésate, y deja que las personas te conozcan y te entiendan.
¡¡CUENTA TU PELÍCULA!! (luego está en los demás el verla o no)
Hablar de ti y de lo que te pasa hace que existas, que le pongas un nombre a lo que estás sintiendo y que puedas enfocarte en hacer cambios orientados a tu bienestar. Hablar de lo que sientes y necesitas, favorece el autoconocimiento, propicia conectar con otras personas y te ayudas a ti y a tu entorno.
Todos vivimos en una especie de peli muda, en la que solo observamos las conductas o acciones de los demás. El cine mudo no se sustenta sin la información que aportan los intertítulos. Hacen que entiendas qué está pasando. Permite comprender.
Si los hermanos Lumière no hubieran titulado su peli “Salida de los obreros de la fábrica”, yo podría suponer que es gente volviendo de comprar donuts o personas aliviadas saliendo de la consulta del psicólogo… porque cada uno ve lo que es… y todos somos diferentes…
Mi nombre es Amelia y soy psicóloga en Cádiz, colegiada Nº 12518.