
Es una de las preguntas más escuchadas en las sesiones: “si la otra persona es la que funciona mal y la que me complica a mí la vida, ¿por qué tengo que estar yo aquí empleando tiempo y dinero en esto?”
Simple: porque quieres reducir tu malestar. Tú tienes interés en resolverlo.
Si. Al principio da rabia acudir al psicólogo porque alguien te está dañando. Pero al bienestar a veces se llega de manera indirecta.
Estar en la consulta del psicólogo implica que tienes percepción de poder cambiar el afrontamiento que haces ante el comportamiento de otra persona. También indica que tanteas tomar decisiones, entenderte, ponerle nombre a lo que te está pasando, no conformarte y RESOLVER.
No te centres en quién es el máximo responsable, ENFÓCATE EN LO QUE PUEDES HACER TÚ PARA ESTAR BIEN, porque, siendo puristas y realistas, el máximo responsable de tu vida eres tú; aunque otra persona te dañe, tú puedes gestionar funcional o disfuncionalmente ese malestar.
Además, al psicólogo hay que ir por voluntad propia. La psicoterapia no es algo pasivo que se reciba de manera teórica y ya. No es una masterclass. Hay que tener motivación e implicación en el proceso. Y ya ves que la otra persona no tiene intención de cambiar nada.
Por eso, no te ancles en el coraje que te da invertir tus recursos en el psicólogo. Siempre es una oportunidad para no conformarte, no victimizarte, mejorar tu vida y hacerla armoniosa.
Quedarse enfrascado en esa cuestión es como enfadarse porque la tortilla de papas que te han hecho está huevosa y no te gusta así, o han hecho para cenar fritura y siempre te sienta mal. DÍ QUE NO TE AGRADA Y NO TE LO COMAS. No normalices el dolor de tripa que te viene luego ni el asquito que te da comerlo. Si no te echa cuenta y no cambia “su forma de cocinar”, resuélvelo tú yendo a clases de cocina (o a la psicóloga, por si no has pillado el símil).
Mi nombre es Amelia y soy psicóloga en Cádiz, colegiada Nº 12518. Pide Cita>>>