Cuando el cuerpo percibe una amenaza, se pone en modo alerta. Esta alerta no es consciente; se lleva a cabo por una especie de protocolo interno.
El organismo responde produciendo ciertas hormonas que activan o paralizan la actividad de los diferentes sistemas, generando consecuencias…
Presión arterial alta, palpitaciones, dolores, acné, cefaleas, caída del cabello.
Alteraciones menstruales, descenso de la libido, bajada o aumento de peso por cambios metabólicos, malestar estomacal.
Ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, deficiente autocontrol, pérdida de sueño.
Todos ellos son algunos síntomas, pistas que pueden ayudar a reconocer la presencia de estrés.
La buena noticia es que, una vez identificado, se puede gestionar y reducir con la ayuda de un psicólogo. Quizá no se pueda controlar lo que te causa estrés, pero sí cómo percibirlo y manejarlo.
Mi nombre es Amelia y soy psicóloga en Cádiz, colegiada Nº 12518.