Cuando nos afecta todo nos sentimos afligidos o alterados la mayor parte del tiempo.
Algo relativamente pequeño genera una reacción desproporcionada por su intensidad.
Un motivo frecuente es estar pasando una mala etapa que te genere SOBRECARGA mental y exceso de emotividad. Percibirse indefens@, tener una herida no curada, sentirse culpable, agotado emocionalmente o sin control sobre tu vida, son otras causas.
Como el vaso está al límite de líquido, casi desbordado, cualquier cosita o gota que se añade le hace REBOSAR de inmediato.
Intenta tomar distancia para verificar el estado de tu vaso, para ir vaciándolo de vez en cuando mediante una gestión emocional efectiva.
Si el recipiente está colmado has de aceptar que no puedes ayudar, apoyar, escuchar o sostener a quien acuda a ti hasta solventar lo tuyo. Lo honesto y saludable para ambos es responder: “me pillas camino del psicólogo porque ahora no puedo con lo mío; cuando lo resuelva te ayudaré con lo tuyo”.
Si cualquier cosa hace que te desbordes, te vengas abajo, te bloquees o te inunde el malestar y te cueste trabajo salir de ese laberinto, no dudes en pedir cita al psicólogo; no tenemos el hilo de Ariadna, tenemos algo mejor… ¡CIENCIA! (bueeeno, y también y un poquito de ese hilo).
Mi nombre es Amelia y soy psicóloga en Cádiz, colegiada Nº 12518.